EL CEMENTERIO DEL INGLES

EL INGLES Corría el año 1946 y Pedro el secretario y administrador de la fabrica de lozas le pregunto al jefe. _Permitame D. Manuel una curiosidad, si usted es de San Juan de nacimiento y se apellida Gonzalez el porque de poner el nombre a la empresa Sanderman Macdouglas.... quizás pensó en el mercado ingles ¿no es eso?. El hombre lo miro, sonrió y guardo silencio y en un instante recordó a aquel amable gigante rubio gritarle, hacia ya mas de cincuenta años. _Sanderman, sanderman...... El eco de su voz se apagaba en el tiempo, pero no en su mente que le recordaba cada dia, fue para el sin duda el padre, hermano y amigo que nunca tuvo. Se llamaba Jhon Macdouglas y llego a San Juan una primavera de 1890, vino en un barco de bandera Sueca y se quedo prendado de San Juan y sobre todo de una muchacha de no mas de diecisietes años de nombre Carmen, el la rondo y a ella le gustaba el pero existía un gran problema Carmen estaba comprometida por su padre con un gitano de dinero de Triana. Yo le servia a Jhon para poder encontrarse con ella ya que su padre me tenia consideración, que a pesar de contar con tan solo quince años, me tenia como ayudante en su trabajo, que no era otro, que enterrador del cementerio de San Juan. la familia vivía en una de las casas en la cuesta del camino del cementerio y ayudaba a Carmen a ir por agua a la fuente y en el camino se encontraba con Jhon que ya estaba avisado por mi cuando ella iba a salir. Jhon me llamaba Sanderman, que significaba ``hombre de arena´´ por mi obsecion por recoger arena para hacer figuras y fue el que me introdujo en el mundo de la artesanía, me enseño hacer vasos, platos e incluso tazas y fue tal mi entusiasmo por este arte que me llevaba las horas y horas moldeando arcilla, barro y arena, el decía que con el calor que hacia no hacia falta ni horno para hacer piezas. Carmen se enamoro también y tres meses después Jhon decidió hablar con su padre que comprendió e incluso vio con buenos ojos al ingles, pero le comento que aquel amor era imposible ya que el compromiso de Carmen estaba pactado e incluso pagado de antemano y le hizo ver al hombre que era mejor olvidadlo ya que se trataba de un hombre muy poderoso y peligroso. Una noche de Octubre, Carmen y Jhon escaparon, iban a tomar un barco que los llevaría fuera de España en el puerto de San Juan, pero justo cuando iban a embarcar Jhon fue asaltado por varios hombres y fue herido de muerte de varias cuchilladas, Carmen corrió despavorida y fue a buscarme, cuando llegue encontré el cuerpo sin vida de mi amigo, llore como se llora a un ser querido, como pude cargue su cuerpo en una mulilla prestada y subí la cuesta de la cruz, camino del cementerio ingles, donde reposaban los hombres sin nombres la mayoría marineros extranjeros, que dejaban su vida en una noche de borrachera, allí reposaban sin nombre, sin misas ni requien, solo un agujero en el suelo y un puñado de tierra encima. Pero yo no podía hacer eso a mi amigo, rece por su alma e hice una cruz de madera sobre su tumba y llore, llore toda esa noche de lluvia. Pasaron los meses y el recuerdo de mi amigo estaba siempre presente. Un dia llego al pueblo un carruaje lujoso, un hombre me llamo y pidió que me acercara al carruaje. Dentro de el una señora muy bien vestida y ayudada por un traductor me hacia pregunta sobre Jhon, la mujer me pidió que la llevara donde estaba el enterrado al principio intente engañarla diciendo que no sabia nada hasta que descubrí que aquella mujer sabia de mi mas de lo que podía pensar, ella era la madre Jhon y este siempre tuvo a su madre informada de todos sus pasos a través de correo, le había hablado de mi, de Carmen y de San Juan. Supe que Jhon pertenecía a una familia adinerada de Londres y siempre fue un joven soñador, que había dado varias vuelta al mundo siempre de marinero y nunca utilizo el dinero de su familia para vivir. Lleve a la madre al cementerio del ingles y le indique donde enterré a su hijo, ella lloro su muerte e hizo las gestiones para llevarse el cuerpo de su hijo a Inglaterra, antes de marcharse me dio las gracias y me pidió que aceptara un obsequio que a su hijo le hubiera gustado. 10000 pesetas, para que montara mi propio negocio de cerámica en San Juan. Su nombre seria ``Sanderman y Macdouglas´´`` El hombre de arena y mi amigo el ingles´´

No hay comentarios:

Publicar un comentario