Un
grupo de sanjuaneros empleados en la estación de ferrocarril de San
Juan de Aznalfarache en una imagen que debe estar datada a finales de la
década de 1940 o principios de la de 1950. La línea férrea de Cala a
San Juan proporcionó a San Juan una posición estratégica en la
floreciente industrialización que vivió el municipio desde su
inauguración en el 19 de agosto de 1905. Los 97 Km. de su trayecto
que finalizaba en el ingenioso y monumental embarcadero a orillas del
Guadalquivir (obra vanguardista en su época realizada por el Ingeniero
Juan Manuel de Zafra) creó una vía de transporte que unía la sierra de
Huelva con la vega sevillana y que no sólo transportó los minerales
(hierro-magnetita, cobre, piritas y piedra machacada) de las minas de
Cala, Teuler, Cerro del Hierro, El Ronquillo y Minas del Castillo de las
Guardas sino que fue una línea de transporte de pasajeros, ganado,
productos agrícolas y otras mercancias de la sierra como los licores
anisados de Higuera de la Sierra. Nuestro pueblo se transformó en un
centro logístico y de transportes de primer orden de donde partían
barcos, camiones y carretas a los distintos destinos finales de las
mercancías.
Algunos datos de la intensa actividad de la estación de
ferrocarril de San Juan atestiguan el enorme tránsito de personas y
mercancías:
1907 - Viajeros: 38.557
1908 – Viajeros 47.159
1916 - Viajeros: 38.557 – Mineral: 270.676 Tm – Otras mercancías: 24.962 Tm – Cabezas de ganado: 18.121
El transito de viajeros cesó en 1938 y el de mercancías en 1959, año en
el que la línea hasta San Juan dejó de funcionar, permaneciendo en
actividad hasta el siguiente año sólo el tramo de El Gergal a Camas.
Ante la inminente paralización del trasporte ferroviario los municipios
de la sierra de Huelva, el de San Juan, el de Camas y otros de la
provincia de Sevilla por donde transcurría la línea férrea se unieron
para reclamar al Gobierno su continuidad pero el agotamiento de las
minas, la bajada de los precios del mineral, lo obsoleto de las
infraestructuras y la falta de rentabilidad pesaron más y partir de 1960
empezó su desmantelamiento y la subasta de las estructuras y materiales
ferroviarios. Muchos de sus trabajadores no acabaron de cobrar parte de
los salarios adeudados hasta 1964 con los ingresos de la venta de vías,
locomotoras y efectos ferroviarios de la compañía.
Hoy en día de
aquellas enormes instalaciones que ocupaban decenas de hectáreas del
municipio sólo nos queda el edificio de oficinas.
La imagen
pertenece a José Herrera y ha sido cedida para su publicación en el
libro “San Juan de Aznalfarache y su Gente” del autor sanjuanero Paco
Orta. Aparecen en la fotografía Juan Luna, Carmelo, Miguel Góngora,
Rafael Herrera, Paco Madrigal, Antonio Guerrero, Paco Medina, José
González, Joselito El Pintor y Pepe y Sergio Nacarino. La locomotora
donde se agrupan los trabajadores se denominaba “Carolina” que años
después explosionó su caldera provocando el fallecimiento de un
trabajador.